La búsqueda de nuevos productos más amigables y respetuosos con el medio ambiente ha supuesto la aparición de nuevos materiales plásticos, este es el caso de las bolsas compostables, estas bolsas proceden de origen renovable y que es biodegradable como podría ser la fécula de patata o el almidón de maíz. Las propiedades de las bolsas biodegradables son las mismas que las de los polietilenos, es decir tiene la misma flexibilidad, son muy resistentes, impermeables, resistencia a la humedad.
El ciclo de la bolsa compostable, comienza por ser de origen vegetal, por ejemplo: de patata, de la cual se obtiene el bio-plástico, con este material da la transformación a bolsas, una vez que la bolsa ha sido utilizada es necesario dar buen uso del material y colocar en un contenedor especial para bolsas de compostable, también en ella se pueden colocar productos orgánicos (residuos de frutas y verduras). Finalmente se convierte en composta y puede volver a seguir el ciclo.
Los productos compostable están certificados, esto da garantía de que los productos cumplen una serie de requisitos y las características que presenta sean auténticas, además deben tener impreso algunos símbolos que van a indicar si es apto para contener alimentos y en qué tipo de contenedor debe ser depositado. Partiendo de bolsas realizadas a partir de bioplásticos, se puede señalar que estas se biodegradarán en condiciones de compostabilidad y en un tiempo aproximado de 9 meses (a temperaturas entre 60 a 70 grados centígrados y humedad relativa del aire entre 40-60 %).
Para aprovechar las cualidades de estos materiales es muy importante que terminen en el lugar adecuado, ya que un producto por ser biodegradable o compostable no tiene que ser una incitación para tirarlo en cualquier parte de la naturaleza, pensando que se va a degradar y va a desaparecer por sí sólo, esto sería un error y contribuiría aún más a la contaminación de los ecosistemas.